Cuando
iniciamos un proyecto, nos pasan los requisitos que debemos desarrollar para
obtener el resultado final del proyecto. Por lo general, esta es una tarea
ardua, compleja, porque es necesario hacer una correcta y completa interpretación de dichos requisitos.
Una vez recogida toda la información y tras un período de planificación nos
ponemos a la tarea de crear el entregable para que el cliente lo apruebe. Y ahí la
cuestión: “al cliente no le gusta lo que
hemos hecho”.
El
otro día leyendo un libro encontré está frase que me parece viene a cuento. “Nadie
debería pasarse la vida realizando un trabajo inútil, no solo porque no es un
buen negocio, sino porque mata la ilusión”. Y no pude más que dar la razón.
El
enfoque de Scrum corrige este despropósito teniendo en cuenta dos principios; los requisitos
deben ser priorizados para saber qué es lo importante en un proyecto, es decir, Priorizar según el valor y por último los sprints nos permitirán ajustar los
resultados a la satisfacción del cliente; el
Desarrollo Iterativo. Scrum en estos dos principios busca la satisfacción y no lo de “al cliente no le
gusta lo que hemos hecho”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario