Cuando doy un curso de Scrum
siempre tengo la duda de si mis alumnos están comprendiendo lo que les digo. No
digo solamente con quedarse con el concepto sino interiorizar, llegar a
entender lo relevante del tema, en definitiva llegar a comprender.
Con el paso del tiempo me he dado
cuenta que los conceptos de Scrum deben madurar, en un primer momento nos
quedamos con ellos, los repetimos pero no más, hasta que un día unes un
concepto con otro y zas la chispa empieza la comprensión, empezamos a
interiorizarlo.
A Scrum solo lo podemos aprender
practicándolo, eso permite obtener el dominio del tema que nos llevará a un
mejor control de los proyectos.
Se han identificado tres etapas por
las que se atraviesa hasta llegar a ese tan esperado dominio. En un primera
etapa te conoces todas las reglas, las cuales hay que repetirlas como se
repiten los pasos de un baile para poder asimilarlo. Aquí no es posible salirte
del guion.
En una segunda etapa llegas al
dominio de las reglas y las formas y aquí si puedes empezar a hacer
modificaciones, es decir, puedes ir dándole tu toque personal.
En una tercera etapa se puede dejar a un lado las formas y llega el dominio completo de la práctica y puedes innovar todo lo que quieras, sin ningún tipo de impedimento, porque has interiorizado de tal forma que en cada cosa que haces la esencia de Scrum está presente.
Scrum requiere práctica y
atención, pero también un esfuerzo a evolucionar, a llegar a un nuevo estado,
en definitiva la madurez necesaria para poder controlar un proyecto.
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